A+ A-

Lignum Crucis

Reliquia del Lignum Crucis de Baeza

Foto del Relicario en la ActualidadEl actual relicario que conservamos en Baeza es una obra barroca del siglo XVII realizada en madera dorada. Contiene la reliquia del Lignum Crucis junto a un gran número de reliquias, lo que le hace aún más especial.

La reliquia del Lignum Crucis es una de las más importantes de la Cristiandad. Esta reliquia o reliquias son fragmentos de la Cruz donde fue crucificado Jesús. Su recuperación se remonta al periodo conocido como Bajo Imperio Romano, concretamente bajo el mandato de Constantino el Grande. El descubrimiento de ésta fue obra de Santa Elena, madre del emperador Constantino. Este hallazgo ha sido recogido a través de diversa documentación, entre las que destacamos la Vida de Constantino de Eusebio de Cesarea y especialmente La Leyenda dorada de Santiago de la Vorágine. Ambas obras recogen el viaje a Tierra Santa realizado por Flavia Iulia Helena, Santa Elena, poniendo de manifiesto como fue el milagro de encontrar tan valiosos restos.

Leyenda DoradaSegún La Leyenda dorada después de indicar el judío Judas el emplazamiento de la Santa Cruz. Ésta se encontraba bajo un templo dedicado a Venus, situado allí por el emperador Adriano para evitar que el lugar se convirtiese en centro de peregrinación, lo que hacía imposible el acceso a las reliquias. Por este motivo Santa Elena mandó demoler el templo. Terminados los trabajos se dio con tres cruces. Para discernir la de Jesús de las de los ladrones, Santa Elena mandó que se colocasen en un lugar público, en medio de la ciudad, confiando la Santa que de algún modo maravilloso habría de manifestarse la Gloria del Señor. No quedó defrauda. Apareció en la plaza un cortejo fúnebre formado por numerosas personas que acompañaban el féretro de un joven que llevaban a enterrar. Se produjo entonces el milagro. Al acercar al joven a la Cruz de Jesús éste resucitó. De este modo se identificó la Sagrada Cruz.

Baeza

Más allá de la recuperación de la Vera Cruz y su importancia dentro del Cristianismo. Hemos de Señalar como, desde su aparición, va a ser una de las devociones más fuertes por tratarse de reliquias ligadas a Jesucristo. Por lo que no nos sorprende la cantidad de lugares cuya advocación está ligada a esta devoción.

Baeza no va a ser una excepción. Constatamos que desde la aparición de la Cruz durante la definitiva conquista cristiana de la ciudad en 1227, según las crónicas, la presencia de esta advocación en la ciudad va a ser destacada. Tenemos buena muestra de ello en la extinta parroquia de Santa Cruz (hoy templo de Santa Cruz), de las más antiguas de la ciudad, así como en las Cofradías de de la Ilustre y Venerable Cofradía de la Santa Vera Cruz y en La Real, Venerable, Antigua e Ilustre Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y la Cruz de Santa Elena.

Milagro del hallazgo de la Cruz de Cristo. Frescos realizados por Piero della Francesca  en la Basílica de San Francisco de Arezzo (Italia).A pesar de la importancia de esta devoción en la ciudad no había ninguna reliquia de la misma ligada a ésta. Sin embargo, este hecho cambiará con la traída del relicario a Baeza por Cristóbal Lechuga. La relevancia de este hecho es reflejada en la relación de parroquias que hace Martín de Ximena Jurado (1654) donde deja de manifiesto que la parroquia de Santa Cruz es la única que posee reliquias. Indicando que en “la Capilla de San Blas, que es la del Capitán Christoval Lechuga, están colocadas en el Altar las Reliquias siguientes: De la Cruz en que Nuestro Redentor padeció muerte, y Pasión. Seis cabeças de las onze mil Virguenes. La Cabeça de San Iorge, que fue uno de los Niños Mártires Inocentes, que Herodes mandó matar. Y otras Reliquias grandes insignes de San Andrés, de Santiago, de San Blas, de San Christoval, y de otros muchos Santos, con las quales ay Bulas, y Testimonios”. No es la única referencia, unas décadas después el Padre Francisco de Torres (1677) recoge esta información: “En la capilla del Teniente Christóval Lechuga intitulada de san Blas se guardan unos relicarios grandes con muchas reliquias, entre las cuales un pedaço del (columna 2º) Luignum Crucis con testimonios auténticos de su certidumbre, porque estando el teniente en Roma procuró lo uno y lo otro para adornar su capilla, traiéndolas consigo, quando dio buelta a su patria, después de auer militado en el reyno de Nápoles muchos años con echos açañosos, u seruicios releuantes a la Corona de Castilla”.

Además de la documentación de época contamos con la aportación de Rodríguez Moñino-Soriano. Éste recoge en su Aproximación a la histórica eclesiástica de la ciudad de Baeza que existe un inventario detallado en el libro de cuentas (1656), que abarca hasta 1750, donde indica que se conservaban “cuatro banderas de lienzo del teniente Lechuga en su capilla, dos lienzos de pintura del teniente Lechuga y su mujer y un cañón de escopeta encima de la capilla del teniente Lechuga… y una ballesta en dicho sitio”. Así mismo señala que este enterramiento va a ser utilizado por la familia como panteón familiar.

Fernando de Cózar (1884) hace referencia a la existencia del patronato de Cristóbal Lechuga e indica que donó “á esta iglesia un rico relicario, reunido en Roma, que aún se distingue por el de Lechuga”. Sin embargo años antes de la realización de su trabajo se trasladó de Santa Cruz a la Catedral, en palabras de Cózar: “al suprimirse ésta en el año de 1843, relicario y sepulcro se trasladaron á la Santa Catedral. El primero, en un buen altar de retablo dorado, está colocado en la capilla de las Animas; el segundo, derecha entrando de la sacristía de la capilla, que se denomina de Albanchez.” Esto último explica el traslado y actual sede tanto del Relicario como de la tumba de Cristóbal Lechuga.

¿Quién fue Cristóbal Lechuga?

Cristobal-LechugaCristóbal Lechuga fue un hidalgo baezano nacido a mediados del siglo XVI. Desconocemos gran parte de sus primeros años de vida, sabemos que se alistó en el ejército, en infantería, y allí pasó de soldado a alférez hasta el grado de capitán. En 1585 fue reclutado como Sargento Mayor para el Tercio de Bobadilla, destacando como militar y estratega. Seguidamente y en un parón de su carrera militar, consecuencia de una acusación de motín y asesinato que no se pudo demostrar, fructificó su carrera como tratadista. Destacando obras como Discurso del capitán Cristóbal Lechuga en que trata del cargo de maestre de campo general y de todo lo que de derecho le toca en el ejército 1593 (se publicó años más tarde 1603) en este tratado recoge como se debe hacer las funciones del Maestre de Campo general; es decir, el jefe la Infantería de un ejército y responsable del despliegue en campaña de las tres armas, incluyendo por lo tanto, a la Caballería y Artillería. En 1594 vuelve al servicio activo al ser rehabilitado por Felipe II.

En 1600 pide y se le concede su traslado a la plaza de Milán. Donde publicará sus obras. La más relevante es el Discurso del capitán Cristóbal de Lechuga, en que trata de la artillería y de todo lo concerniente a ella, con un tratado de fortificación y otros advertimientos (Milán, Imp. de Marco Tulio Malatesta, 1611). Incorpora un grabado con un retrato suyo y la aureola “El capitán Cristóbal Lechuga, natural de la ciudad de Baeza, aetatis suae 54". En Lechuga existía la pretensión de crear una escuela de Artillería en Milán, finalmente lo consiguió y fue nombrado director en 1604. Entre 1605 y 1608 fue nombrado Teniente general de la Artillería del Estado (Milán). Como Teniente general de Artillería de Milán fue acusado de prevaricación y posteriormente encarcelado, aunque recuperó su libertad poco tiempo después al explicarse el posible fraude y cuantificarse mejor. En todo caso, su situación en Milán mejoró con el nombramiento como gobernador del Estado, de Juan de Mendoza, marqués de San Germán y después de la Hinojosa, que había servido a sus órdenes en Flandes en el Tercio de Bobadilla. Con él llegó a un acuerdo por el que abandona Milán, hacia 1613, siendo transferido a la Armada Real de la Mar Oceáno, con base en Cádiz. En este Tercio desempeñó el papel de Lugarteniente del Maestre de Campo General, Jerónimo Agustín.

A su llegada a Cádiz se encontró con la preparación de la expedición para conquistar La Mámora (enclave de piratas y contrabandistas, en su mayoría ingleses y holandeses), fondeadero en la desembocadura del rio Sebú (cerca de Rabat, costa occidental del actual Marruecos) que hoy se llama Mehdía. Tras la campaña fue designado gobernador de la plaza, como consecuencia de su brillante actuación durante la campaña. Es en este momento, siendo gobernador de La Mámora, cuando fundó patronato en la iglesia de Santa Cruz, en 1618. Unos años después (1622) muere en su gobernación, siendo trasladados sus restos mortales hasta Baeza para descansar en Santa Cruz y posteriormente en la Catedral de Baeza.

Bibliografía:

- Cózar Martínez, Francisco de. Noticias y documentos para la Historia de Baeza. Jaén, 1884, edición facsímil a cargo de María Antonia Carmona Ruiz. Granada, Universidad de Granada, 2006

- Vorágine Jacobo de (Alberto Manguel). La leyenda dorada. Alianza Editorial. 2004,

- Rodriguez-Moñino Soriano, Rafael. Aproximación a la historia eclesiástica de la ciudad de Baeza (Jaén). Del esplendor renacentista y barroco a la crisis liberal del XIX. Jaén, Instituto de Estudios Giennenses, 2000

- Torres, Francisco de. Historia de Baeza. 1677. Manuscrito conservado en la Biblioteca Británica. Edición a cargo de José Rodríguez Molina, Baeza, Ayuntamiento, 1999

- Ximena Jurado, Martín de. Catálogo de los obispos de las iglesias catedrales de Jaén y Anales eclesiásticos de este obispado. Madrid, Domingo García, 1654. Ed. facsímil de la Universidad de Granada, 1991, con estudio e índices de José Rodríguez Molina y María José Osorio Pérez.

- María Lara Martínez y Laura Lara Martínez. “Santa Elena y el hallazgo de La Cruz de Cristo”. Comunicación y hombre: revista interdisciplinar de ciencias de la comunicación y humanidades, ISSN 1885-365X, Nº. 3, 2007, págs. 39-50

- http://www.tercios.org/personajes/lechuga.html (12-2-2013)

Fotografías:

  • Foto del Relicario en la Actualidad
  • Milagro de la Vera Cruz. Leyenda Dorada. Santiago de la Vorágine
  • Milagro del hallazgo de la Cruz de Cristo. Frescos realizados por Piero della Francesca en la Basílica de San Francisco de Arezzo (Italia).
  • Imagen de Cristóbal Lechuga. Grabado de su retrato con la leyenda “El capitán Cristóbal Lechuga, natural de la ciudad de Baeza, aetatis suae 54". Aparece en la obra Discurso del capitán Cristóbal de Lechuga, en que trata de la artillería y de todo lo concerniente a ella, con un tratado de fortificación y otros advertimientos.1611

M. F. Moral Jimeno