María Stma. de la Aurora
El tercer paso que actualmente procesiona la cofradía de la Santa Vera Cruz de Baeza en la Madrugada del Viernes Santo es el de María Santísima de la Aurora, acompañada de una imagen de San Juan Evangelista. En realidad, constituyó este grupo una novedad dentro de la historia de la hermandad, pues hasta 1987 nunca la Virgen titular llevaba a su lado al apóstol San Juan.
Ignoramos por el momento cuando se incorpora el culto de la Madre dentro de la cofradía, pues en las Ordenanzas que se conservan y que datan de 1555 nada dice de Ella y sí de un Nazareno y de un Crucificado. Sin embargo, ya en 1630 se hace alusión a una Virgen en un libro de cuentas, pues en ese año citado se entregan cuatro reales al platero y gran poeta Alonso de Bonilla por soldar los remates de la corona de plata de la Señora, si bien no se da nombre alguno a la imagen. Igual línea observamos en la primera mitad del siglo XVIII, pero en 1768, en un cabildo celebrado en el mes de febrero, ya se denomina Nuestra Señora de los Dolores al hablar del orden de la procesión en la que, aparte de María, aparecen en ella el Crucificado, “con el Buen Ladrón y el Malo”, el Nazareno y San Juan Evangelista. Este título de Los Dolores ya se conservará hasta 1936.
En 1896, la talla, que era de candelero, es enviada a Barcelona para ser restaurada. Desgraciadamente, en los tristes sucesos de 1936, la imagen igual que las restantes que pertenecían a la cofradía desaparece al ser destruida la iglesia de Santa Cruz, en donde se hallaba tras su traslado desde el convento de San Francisco en 1836.
Al finalizar la Guerra Civil y tras reorganizarse la hermandad se prescinde del culto interno y externo de la Señora hasta que en agosto de 1980 se encarga a D. Juan Antonio Sánchez Sáez la confección de un boceto “de una Virgen Dolorosa”, y a principios del año siguiente presenta dicho señor “un busto de barro” que fue aprobado por el cabildo general. Realizada la talla en madera con un costó de 50.000 pesetas en 1982, fue bendecida sobre su trono en momentos previos a su estación de penitencia.
La Cofradía a instancias del muy querido y recordado D. José Melgares Raya decidió añadir un matiz nuevo al título de Dolorosa y la llamó María Santísima de la Aurora.
Dentro de su dolor, inmenso como el mar, quisieron los cofrades expresar con el mismo nombre, lo que significa María para todos sus hijos. María es la Aurora de la Salvación, como la canta la Iglesia. Es además, la primera imagen de María que es besada por la luz suave de la aurora del Viernes Santo, en su recorrido procesional por la calle Rojo, así justificaba la nueva advocación D. José Melgares en un artículo incluido en el boletín de la cofradía de 1989:
- La aurora pone fin a las tinieblas de la noche y precede y anuncia la salida del sol. María precedió a anunció la venida de Jesús a quien el profeta Malaquías llamó “Sol de Justicia”.
- En cuanto despunta los primeros destellos de la aurora, desaparecen las estrellas más brillantes. Nadie ha tenido plenitud de gracia como María porque estaba destinada a ser Madre de Dios. (Santo Tomás de Aquino).
- La aurora nace del sol y al mismo tiempo lo produce. Es el primer reflejo de la luz del sol y sale de su seno. María es la Aurora que engendra al Sol y es al mismo tiempo Hija del Sol (Himno Litúrgico).
- La luz de la aurora ahuyenta a las fieras salvajes y María es la quebrantadora de la serpiente infernal (Gen. III, 15). San Bernardo afirma: “Tan pronto como brilla en nuestras almas la gracia y la misericordia de María, se disipan las tinieblas con esta bella aurora.
- La aurora va creciendo gradualmente en esplendor y María, desde el primer instante de su limpia Concepción, fue adornada con el tesoro de la gracia santificante hasta podre ser llamada por el Ángel como la “llena de gracia” (Lc. I, 28).
- La aurora produce el rocío benéfico que refresca las plantas y las mieses y que hace fecunda la tierra. El rocío de esta Aurora Celestial, ha escrito un autor eclesiástico, refrigera a los atribulados de corazón y derrama el rocío de las gracias divinas que amortigua el ardor de las pasiones y hace fecundas las buenas obras.
Por todo ello la Cofradía de la Vera Cruz pasó de llamar a su virgen de Los Dolores, la Aurora Celestial de la Madrugada del Viernes Santo.